sábado, 22 de agosto de 2020

La portada de WIFI FREE, en primicia !!!

 No fueron simplemente costureras exquisitas. Las mujeres anónimas que bordaron "El tapiz de Bayeux" hace un milenio fueron, además, excepcionales contadoras de historias, capaces de relatarnos con sus hilos y el tejer de sus agujas la conquista de Normandía. No fueron solo sencillas costureras...

Ilustraciones: María José Luque CaroNo es un simple mechón de cabello dorado el que cuelga sobre el hombro derecho de la diosa en la pintura de Botticelli "El nacimiento de Venus". Ese manojo de pelo es, fundamentalmente, una espiral de susurros en su oído que le revela los secretos de la verdad y la belleza necesarios para enamorar por entero a toda la humanidad.
Esta pintura al óleo que os traigo no es solo una obra de arte porque transmita de manera sensible y elegante las fantasías oníricas inspiradas en mi novela. Posee maestría, sobre todo, por la meticulosa y detallista persecución de la belleza, delicada y sutil, armoniosa y sublime, cuyo noble propósito no es otro que emocionar en lo más íntimo. Y lo consigue sin ninguna duda.
Cuando su artífice, la pintora
Maria Jose Luque Caro
, me ha entregado el cuadro, que será la portada de mi próxima novela WIFI FREE, me he conmovido en silencio, con las lágrimas invisibles de quien confía en que el arte es el único camino posible para que el ser humano no se extinga jamás.
Hoy otra vez adoro la vida. Te lo debo a ti, artista !!!
Gracias !!!!

domingo, 2 de agosto de 2020

Pronto WIFI FREE!!!!

¡Para septiembre publico mi próxima novela!
¡Y viene cargada de sorpresas muy agradables!
Aunque está destinada a niños de 8 a 12 años, se la dedico a mi preciosa nieta Gabriela, de tan solo dos meses. A pesar de que entonces aún no había venido a este mundo, desde ese otro universo del que procede, sabía por qué senderos caminaba mi alma cuando la escribí. Por eso, es para ella.
Se titula WIFI FREE.
Os dejo un fragmento.
"Entonces y por vez primera, Tilia y Lácer pronunciaron su conjuro de optimismo.
— ¡Estegura sialu!
Las ranas y los sapos se quedaron mirándolos sin saber muy bien qué querrían decir y qué otra cosa ocurriría tras aquellas extrañas palabras. Lácer y Tilia prosiguieron.
— ¡Sí, chicos! Significa que uno no debe darse por vencido jamás, que hay que seguir adelante, que debemos salvar los obstáculos y luchar siempre —aclaró Tilia.
—Quejarse no ayuda a ganar, al contrario, perjudica —añadió Lácer.
—Lamentarse es un gasto de energía que sólo sirve para quitar las ganas de continuar —dijo Tilia con convencimiento —Así que venga: ¡Estegura sialu!
— ¡Estegura sialu! ¡Estegura sialu! —gritaron todos. —Croac, croac. —puntualizó alguno.
— ¿Prometéis no olvidarlo nunca? —preguntó Lácer.
—Jamás y bajo ningún concepto os deis por vencidos —se apresuró en decir Tilia.
—Así lo haremos —contestó Curro.
— ¿Lo prometéis? —Volvió a insistir Lácer.
— ¡Lo juramos! —respondieron los anfibios.
Y es que, en ocasiones, las cosas buenas suceden si uno estira la mano para alcanzarlas, simplemente creyendo con todas sus fuerzas que las va a atrapar."

domingo, 19 de julio de 2020

¡¡TEATRO, SIEMPRE TEATRO!!

CARPE NOCTEM fue llevada a los escenarios en la primavera de 2015 por el grupo teatral TEJEMANEJE con gran éxito de público y relata la historia de un local de copas (España) que con el paso de los años (desde la guerra civil hasta nuestros días) ve cómo se va transformando su escenografía y los personajes femeninos que lo frecuentan.
FE, ESPERANZA Y CARIDAD, (bajo el título "y después de los polvorones, qué?") se ha paseado sobre los escenarios de gran parte de Andalucía durante varios años, de la mano del grupo gaditano LABARANDA TEATRO, con una enorme acogida por parte de sus espectadores allá donde ha recalado. Protagonizada por Fe, Esperanza Y Caridad, da voz a tres ancianas que recuerdan sus vidas al calor de una cena de fin de año en el interior de un asilo... Mujeres que se desnudan entre los acordes de una melodía agridulce.
Ambas obras se han publicado en un volumen conjunto titulado AÑOS que Amazon presenta en este enlace:

martes, 30 de junio de 2020

* SOBRE LAS GUERRAS

A mí me interesa, sobre todo, el ser humano. Creo en su esencia bondadosa por encima de cualquier otra cosa. A pesar de que, a veces, algunos hombres se ofusquen en demostrar lo contrario con la atrocidad de sus actos. A mí me importan, sobre todo, los motivos que traen las guerras y el impacto que éstas ocasionan en el alma humana. De eso trata mi novela. Del lecho en el que la intolerancia y la violencia se acuestan a fornicar para procrear asesinatos terroríficos. Conmovida por el horror, un día me pregunté qué habría en el corazón de aquéllos que, dentro de un pelotón de fusilamiento, sabían que los iban a matar. Miedo, por supuesto, habría pánico, pero con qué palabras sería expresado ese terror, de qué modo sería afrontado, con qué herramientas de hombre sería soportado. Después, volví a preguntarme, qué lleva a una persona a arrastrar a otra hasta la muerte a punta de fusil sin piedad alguna, qué queda en su pecho tras haberlo ejecutado, cómo vive después sus días y sus noches. Me parece que cuando una guerra tiene lugar, quien pierde siempre es la vida. Estoy convencida de que para que la violencia gane, tiene que perder el hombre. Y mientras un solo ser humano sea aniquilado, ninguna razón servirá de justificación. Ninguna. Las guerras engañan, porque cuando son contadas a modo de historia oficial, de verdad inquebrantable, ninguna tiene la honestidad de confesar: yo maté injustamente, sufro por los crímenes que perpetré, no volvería a cometerlos. Muy pocas de esas guerras están dispuestas a reconocer, confesar, arrepentirse, pedir perdón. Por el contrario, las guerras siempre invocan nobles justificaciones, como Dios, la democracia, el progreso, la defensa de la libertad, de la verdad, del bien común, pero no hay justicia posible asociada al asesinato. No existe justicia, si para defenderla tenemos que utilizar la sangre. Nada puede solucionarse convirtiendo al mundo en una inmensa fábrica de muerte. Tengo la certeza de que únicamente mirando frente a frente a nuestras guerras pasadas, con valentía, podremos evitar que se repitan. Solo así daremos a nuestros muertos la paz que, al fin, merecen.

Por eso escribí esta novela. Porque no tuve más remedio.